Sobre el origen de este himno poco se sabe pero hay dos teorías que resaltan. La primera es que los cruzados alemanes lo cantaban en el siglo doce mientras se dirigían hacia la Tierra Santa. La segunda y de mayor fuerza es que fue escrito por los seguidores de Juan Hus, quienes fueron expulsados de Bohemia en 1620 y se establecieron en Silesia. Durante este tiempo tuvieron que mantener su fe en secreto y guardaban una fuerte tradición de entonar himnos. De ser este el caso, este himno es admirable pues no habla de las pericias que tuvieron que enfrentar durante su persecución sino de lo admirable y justo que es Cristo.