Historias de Himnos
Título en inglés: Immortal Invisible
Letra: Walter Chalmers Smith (1824-1908)
Traducción: Carlos A. Steger
1867
Walter Chalmers Smith nació el 5 de Diciembre de 1824
en Aberdeen, Escocia. Recibió educación en gramática en el colegio y
universidad de su ciudad natal. Estudió teología en Edimburgo y fue ordenado
pastor de una iglesia Escocesa en Londres. En 1876 fue ordenado ministro de la
Iglesia Libre de Escocia. Escribió varios poemas que luego se convirtieron en
himnos, el más conocido de ellos basado en 1 de Timoteo 1:17, conocido como Al
Dios Invisible.
La
versión original de este himno consta de seis estrofas y se publicó por primera
vez en Hymns of Christ and the Christian
Life (Himnos de Cristo y la vida cristiana) en 1867. Luego de varias
revisiones se publicó una versión de cuatro estrofas en The English Hymnal (El himnario Inglés), lo que llevó a este himno
a las comunidades cristianas de la época. En este himnario, se utilizó la
melodía conocida como St. Denio, una balada galesa también conocida como
JOANNA.
Aunque no es tan popular entre los cristianos de
habla hispana, Al Dios Invisible es uno de los himnos más majestuosos que
hablan de Dios.
Al Dios invisible, al Rey inmortal,
Que habita en la altura y en la santidad;
Anciano de días, Señor sin igual,
Rendimos honores con sinceridad.
Sin prisa, ni pausa, constante y leal,
Gobiernas el mundo con solicitud;
Tú muestras a todos justicia imparcial;
Abundas en gracia, amor y virtud.
De cada ser vivo tú eres autor;
Sustentas la vida de todo mortal.
Nosotros morimos, cual por al calor;
Mas tú permaneces por siempre inmortal.
Señor, te rodea infinito fulgor;
Los ángeles cubren su rostro ante ti.
Nosotros con gran reverencia y fervor,
Te damos sincera alabanza aquí.